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08-11-1946

(…) para indígenas sería una rápida (…) que afecta al granero de Chile

(…) aborigen y le daría los medios que lo harían distinto.*
Incorporación del mapuche a la producción nacional dejaría el campo abierto para la educación y fortalecimiento de esta raza.
México es un ejemplo típico.

El problema indígena que afecta a Cautín, zona en la cual está centralizado y que lleva sobre sus hombros esta carga que va en detrimento de su progreso agropecuario y de la incorporación de sus tierras a los actuales medios de explotación que están realizando en otras zonas del país y que actualmente van extendiéndose por diversas regiones dentro de la provincia, saltándose los centros más cercanos a su capital que debiera ser la primera en usufructuar de sus notorios beneficios, se ha gestado solamente por una mala visión de las personas encargadas de legislar, quienes lo hicieron con completo desconocimiento del problema que trataban, como se puede comprobar por las graves consecuencias que ha traído para la región y para el fomento de la producción nacional.

HAY QUE ASIMILAR AL INDÍGENA
La mala política seguida hasta la fecha en el sentido de dictar leyes con fines experimentales y resultados muy dudosos ha traído las consecuencias que hoy son de lamentar, por la sencilla razón de que se quiso apartar al indígena del medio del criollo y nada se hizo por asimilar a nuestra vida común a los aborígenes.
Ahora que se trata de buscarle la solución a un problema hondamente arraigada a nuestras conciencias y a nuestra vida han sido muchas las soluciones que se han planteado pero ninguna de ellas se ha puesto en práctica.

LAS COOPERATIVAS AGRÍCOLAS PARA SECTORES INDÍGENAS
Se ha dicho en repetidas ocasiones que Cautín solucionaría su problema por medio de la implantación de una de las medidas más sencillas y fáciles de aplicar, cual es la de ir a la formación de cooperativas agrícolas para indígenas que contaran con el apoyo gubernativo, en lo financiero y que sirviera para poner al servicio de la producción nacional el fuerte brazo de nuestro aborigen aún no envilecido por el vicio.
Debe tratarse de aprovechar el esfuerzo del indígena que ha permanecido inactivo por la carencia de medios para realizar una política de fomento de la producción en una forma que constituya una expectativa viable para su espíritu de por sí desconfiado y falto de sentido futurista.
El aporte fundamentado de técnicos oficiales que hicieron del mapuche un individuo con conciencia agropecuaria, que sintiera el amor al terruño que debe cultivar para su beneficio particular y del país, que poseyera el necesario conocimiento técnico que le permitiera apartarse de la ciudad a la cual está concurriendo ante la idea de que es la única manera de poder formarse en el ambiente del “Huinca” y que se consiguiera alejar a estos hombres del vicio del alcohol y quitarles esa modorra y pasividad que hace del indígena un elemento negativo socialmente, sería una de las medidas más eficaces que se podrían tomar para incorporar a la producción de la provincia 300.000 hectáreas de terrenos de óptima calidad.

MEXICO SOLUCIONO SU PROBLEMA
Esta medida que se ha inspirado en esta forma tiene su ejemplo en México, país que solucionó su problema indígena por medio de la implantación de cooperativas indígenas respaldadas por el fuerte apoyo del Gobierno.
Para Cautín no sería una medida original o que pudiera fracasar por cuanto ese gran país del norte la puso en práctica y con muy buenos resultados.
Méjico solucionó el problema agrario que entrababa su política económica de producción, creando cooperativas agrícolas para indígenas por medio de un plan sexenal proporcionar al aborigen todos los medios de trabajo y el personal técnico o especializado que fue enseñando al indio los rudimentos de la agricultura, para luego hacer de él un elemento capacitado y altamente valioso para toda faena que le fuera encomendada y que hoy por hoy es el mantenedor del progreso productivo de esa gran nación.

UNA EDUCACIÓN PAULATINA
El sistema empleado fue sencillo y práctico. Pléyades de técnicos agrícolas, conocedores de la mentalidad del indígena se esparcieron por los campos llevando consigo el respaldo gubernativo para los rápidos envíos de elementos de labranza y de todos los elementos que se precisan para realizar en buena forma la explotación de los indios.
Se inició primero la ardua tarea de inculcar al indígena las nuevas modalidades en uso en otras regiones del país; se le enseño a armar el trabajo y a tomarlo más que como una imposición arbitraria, como algo necesario para el fortalecimiento de la raza, con lo cual se inculcó en ellos la semilla de un fervor patriótico que es hoy el más alto galardón conquistado en largas jornadas en provecho del bien nacional.
Luego vinieron las experiencias y aplicaciones prácticas de la enseñanza prodigada en todas las tribunas y de los métodos utilizados en todos los ambientes, para por intimo, iniciar las faenas en gran escala y lograr los resultados que ahora son un ejemplo para países como el nuestro que tienen un problema latente y cuya solución integral es de gran importancia porque ello importa el incremento, en grado sumo de la producción agropecuaria de una extensa y rica zona.
Y así como México, Cautín marcharía al compás del concierto productivo nacional con todos los adelantos que indica la técnica moderna.
* Fotocopia incompleta

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