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08-11-1946

El cinturón suicida de Cautín estrangula su progreso

El cinturón suicida de esta rica y progresista provincia es el más serio escollo que se levanta contra el mayor rendimiento de sus explotaciones agropecuarias y que impide al Gobierno realizar una política coordinada de mayor incremento de la producción agrícola, dadas las características propias de las gentes que son parte integral de este llamado cordón suicida.

La capital de la Frontera tiene su cinturón suicida formado por todos los miles de indígenas que viven cercanos a Temuco y que constituyen los últimos vestigios de una raza que nos dio renombre mundial y que ha sido ejemplo de bravura y patriotismo en los historiales de toda la humanidad confusa e inquieta.
Es un antiguo problema este que aqueja a la Perla del Cautín a la ciudad que enclavada en un valle rodeado por la estela de plata del río Cautín, recostada en las faldas del Ñielol y teniendo como atalayas las soberbias faldas del Conun Huenu, mira confiada el porvenir porque el empuje de sus hombres la han constituido en la avanzada del progreso sureño. Durante años ha permanecido este problema entre folios polvorientos de enormes volúmenes jurídicos arrumbados en los archivos oficiales en espera de que alguien barra ese polvo y agite nuevamente esta situación para darle la solución que precisa.

UNA MAGNIFICA UBICACIÓN
De los doscientos mil indígenas que existen en el país cerca de 120.000 mapuches se encuentran en la provincia de Cautín, ocupando una extensión de más de 300.000 hectáreas de tierras aptas para el cultivo y factibles de producir grandes rendimientos con una explotación coordinada y en conformidad a las modalidades de la agricultura moderna.
Temuco es la ciudad que más se ve afectada por el gran número de aborígenes que viven en reducciones ubicadas en sus alrededores, por cuanto poseen magníficas tierras de las cuales sacan lo indispensable para vivir.

LAS MEJORES VIAS DE COMUNICACIÓN
Centenares de reducciones indígenas existentes en la provincia están principalmente rodeando a Temuco en una extensión (…) los diez mil a quince mil (…) ocupando (…) 300.000 hectáreas de terreno cultivables del total de 807.319 hectáreas de tierras cultivables de la provincia, y cuentan con las mejores vías de comunicación de la zona. Esta ubicación del indígena, en puntos estratégicos de la provincia, estrangula poco a poco a la capital. Temuco hasta el extremo que se puede apreciar el caso lógico de que la ciudad necesita traer verduras del centro y norte del país, para su consumo en circunstancias que cuenta con terrenos y el clima favorable para constituirse en un centro exportador de todos los productos de chacarería.

INCREMENTO DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
Ante el lema de “producción, producción y más producción”, los hombres de Gobierno se encuentran abocados a lograr que las diversas zonas del país, den a la economía nacional el robustecimiento que necesita para salvaguardar los déficit que en divisas representa la exportación de productos esenciales fáciles de producir en nuestro suelo. Esta verdadera batalla contra la (…), propias y característica de personas acostumbradas a procedimientos estables de explotación agrícola que ven con malos ojos la introducción de elementos mecanizados, ha encontrado un eco negativo en gran parte de nuestra provincia, especialmente entre los indígenas perjudicando con ello a Temuco y al país mismo.
El indígena es totalmente contrario a todo sistema nuevo de explotación agrícola y pasa su vida deambulando por los juzgados en busca, de solución de sus problemas de tierras, derivados del total descontrol actual de la natalidad indígena, de sus deberes, pero no así de sus derechos ciudadanos.
En la actualidad, es prácticamente imposible lograr la salida de este elemento negativo al progreso regional, pues las mismas causas que han dado origen a esta anómala situación, han venido a transformarse en su mejor defensora.
El colonizador primero y el agricultor después, han ido poco a poco internándose en los sectores inexplotables de la provincia incorporando a la producción grandes extensiones de terrenos ricos en maderas vírgenes, sus suelos y pletóricos de verdegueantes prados sus valles y lomajes.
Este movimiento renovador que ha hecho de Cautín la provincia más productora de trigo del país, “el granero de Chile” ha redundado en perjuicio directo de su capital que esta rodeada por una población indígena que constituye la rémora agrícola de la provincia y el lastre que arrastra Cautín en su (…) adelantada con el progreso de la nación.
* Fotocopia incompleta

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