12-03-1934
Hay en ese pueblo una cantina en cada casa, y muchos apagan en ellas la sed de todo el año sin control.
Debe reprimirse allí el alcoholismo
NUEVA IMPERIAL.- comparable a lo que hemos visto en el cinematógrafo resulta la vida de Villa Almagro, esa veintena de casas en las márgenes del Cautín.
Es pintoresco y a la par peligroso visitar Almagro en este tiempo de cosechas. Esta villa, es el primer lugar que encuentran los indígenas de Toltén, Budi, Freire, Huilio, etc manlig-halsa.se., para saciar la sed de todo un año.
EN CADA CASA HAY UNA CANTINA
Recorriendo lo que pudiera llamarse sus calles, el viajero se encuentra con que en cada casa hay un negocio talvez clandestino de alcohol, en los que todo el producto de la venta de las cosechas.
Esto no tiene nada de particular, si se toma en cuenta que cada individuo es dueño de los suyo; pero lo que importa es el peligro que esto constituye para los viajeros que tienen que tolerar toda la clase de insultos y atropellos de parte de los centenares de indios borrachos que se sitúan en distintos puntos de la población.
DIRIAMIENTE HAY PUGILATOS Y DEMAS
Cuando estas situaciones alcanzan todo su apogeo, es en las tardes, cuando los indios regresan de la ciudad después de haber vendido los productos.
Frente a cada cantina pueden verse grandes grupos de ebrios discutiendo primero y luego, “penca” en mano, barrer con aquellos cuyo estado ya no les permite defenderse.
Estas escenas se repiten con frecuencia inaudita y los carabineros, que tienen que atender un extenso radio, no pueden cumplir siquiera una regular vigilancia.
COMO EN FAR WEST
Ayer en circunstancias que regresaba desde Imperial un individuo, acompañado de su mujer, una muchacha joven, al pasar frente a uno de estos grupos de bebedores, sorpresivamente fue rodeado por un gran número de indios los que después de invitar a la mujer a beber y ofendidos tal vez por el rechazo del marido de ésta, se abalanzaron sobre él y lo golpearon cuanto quisieron.